La organización ecologista
y antinuclear EGUZKI felicita a la AAVV de Fanderia de Orereta por el auzolan organizado
el pasado día 28 de julio para la limpieza del canal de Fanderia, donde se
recogieron numerosos residuos abandonados y vertidos durante meses. Eguzki cree
que el acondicionamiento del canal de Fanderia es el paso previo necesario para
una regeneración ambiental integral del río Oiartzun, ecosistema gravemente
alterado desde su tramo medio hasta la desembocadura entre Ondartxo y Lezo,
donde también habrá que recuperar las marismas destruidas durante siglos.
El río Oiartzun presenta
problemas de artificialización y canalización de su cauce y riberas,
deforestación de parte de su cuenca alta, arrastres de metales pesados de las
minas de Arditurri, presas que impiden el paso de la fauna, ocupación por
viviendas e industrias de su vega inundable, vertidos ilegales de Papresa y
otras empresas, y baja calidad de sus aguas por las actividades del puerto de
Pasaia.
En este duro contexto, y
tras la situación de castigo que sufre el río, Eguzki pide al Ayuntamiento de
Orereta y a las administraciones responsables para que se actúe ahora en el
tramo de Fanderia, liberado ya del
importante obstáculo artificial que ha supuesto la presa del molino de Fanderia durante
cientos de años para truchas, anguilas o salmones, y generador de importantes impactos fluviales en la dinámica fluvial de la cuenca del Oiartzun.
Para ello solicitamos que se regeneren el cauce y las riberas del río, pero sin caer en el error de volver a reconstruir la mencionada presa, la cual era el mayor obstáculo físico que tenía el río Oiartzun desde su nacimiento en todo su curso, ya que entendemos que no está justificado en el siglo XXI reproducir una afección ambiental de semejante calado, y en un río tan castigado. Y este impacto en ecosistemas fluviales está ampliamente documentado en Euskal Herria y resto de Europa.
Para ello solicitamos que se regeneren el cauce y las riberas del río, pero sin caer en el error de volver a reconstruir la mencionada presa, la cual era el mayor obstáculo físico que tenía el río Oiartzun desde su nacimiento en todo su curso, ya que entendemos que no está justificado en el siglo XXI reproducir una afección ambiental de semejante calado, y en un río tan castigado. Y este impacto en ecosistemas fluviales está ampliamente documentado en Euskal Herria y resto de Europa.
Asimismo, solicitamos que
se retiren del cauce los grandes bloques de hormigón existentes tras las
inundaciones de 2011, revegetándose las riberas con arbolado autóctono.
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